Un poco de tristeza

Los que me acompañáis en este blog sabéis del esfuerzo que todo un equipo –bastante numeroso, por cierto– ha desplegado para sacar adelante el congreso de Nuevo Periodismo que hemos clausurado el sábado pasado en Valencia. Creo, sinceramente, que el congreso salió bien: hubo ponencias muy, muy interesantes y se hizo un repaso a los avances y retrocesos de la libertademoticon de expresión en esta época de revoluciones tecnológicas.

Siento un poco de emoticontristeza ante algunas reacciones al congreso. No por las críticas, que las ha habido, lógico, con buena o peor intención, aunque la verdad es que los elogios han sido más. Sí estoy triste por los silencios. El congreso no merecía el emoticonmuro de indiferencia (activa) de algunos medios de papel, consolidados, de los que creen que, si en sus páginas no se publica una noticia, esa noticia no existe.

No, no les ha gustado a algunos /grandes/ el congreso, que creen, por lo visto, que trató de cosas que no les convienen: el avance de la Red, la prensa gratuíta, los nuevos moldes de la comunicación, la revolución moral y mental en la era posGutenberg…Sorprende el contraste entre lo que publican los medios en Internet y lo que no publican incluso sus hermanos en papel.

Y, sin embargo, el congreso, inaugurado con un saludo del Príncipe, albergado por la Generalitat valenciana y clausurado por la vicepresidenta Fernández de la Vega, ha consagrado oficialmente el auge de esos periódicos en Internet hasta ahora tan vituperadosemoticon, generalizando en las condenas, como si todos fuésemos lo mismo. Y ha dado entrada en el mundo de la comunicación –como si lo necesitasen– a los blogs. En ese sentido, ha sido un paso adelante. Mientras, veteranos informadores asustados, o los emoticontalibanes de siempre no se sumaban a sus colegas que entraron en el debate valientemente. E instauraron la ley del silencio. Les valdrá de poco, porque la realidad suele ser tozuda. Y eso que lo ideal sería que todos pudiésemos convivir al servicio de una mejor información al ciudadano.

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