El ‘nuevo’ pacto de La Moncloa
Zapatero está empeñado en escenificar este miércoles una especie de ‘pacto bis de La Moncloa’. Creo que tiene derecho a ello. No son lo mismo aquellos acuerdos, que tanto colaboraron a culminar la transición a la democracia, que estos de ahora, que son un trágala impuesto de alguna manera desde Berlín y/o París. Pero, en todo caso, significan un pacto, aunque no del todo bien hilvanado, entre Gobierno, patronal y sindicatos, al que a regañadientes y de manera no explícita se ha unido el principal partido de la oposición.
Un éxito con sordina, en suma. Ya sé que no está de moda decirlo así, pero me parece que tanto el Gobierno como la oposición, como los sindicatos o la ‘nueva’ CEOE, para no hablar de una ciudadanía que ha entendido que a la fuerza ahorcan y ha renunciado a cualquier inestabilidad social, lo han (hemos) hecho bastante bien. La senda ahora es la del acuerdo en lo sustancial, y algo que va a cambiar de alguna manera nuestras vidas, nuestros ocios, nuestras costumbres, que va a modificar –a la baja—nuestro estado de bienestar, es sustancial.
Claro que no seré yo quien aplauda un acuerdo que, entre otras cosas, retrasa mi edad de jubilación. De la misma manera que no se aplaude una situación de crisis o una enfermedad. Pero sí aplaudo el alto sentido de la responsabilidad que ha mostrado, hasta el momento, la sociedad española, por una vez más o menos en sintonía con sus representantes, rara avis. A ver si cunde para el futuro y en otras cuestiones.