Ahora, el ‘caso Camps’
¿Por qué se acelera el caso ahora? Tras las elecciones, me refiero. ¿Mejoran o empeoran, con esta comparecencia ante el juez, que ha fijado la vista para el martes, las cosas para Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana? Siempre he sostenido que el ‘affaire’ de los tres trajes –o cuatro, igual me da–, ese extraño ‘cohecho impropio’, separado de cualquier pretensión de prevaricación, cohecho o corrupción política en la Comunidad Valenciana, es poca cosa. Poco estético, sí, escasa vigilancia, sí, pero no sé si suficiente para, por ese solo motivo, derrocar a un presidente autonómico que ha arrasado en votos. Lo digo independientemente de que el juez abre juicio contra el president o de si, como sospecho que acabará ocurriendo, archiva el caso; entonces, algunos tendrán que recoger muchas velas.
Otra cosa es cómo haya sido la actuación de Francisco Camps en estos meses. Impermeable a las críticas, ha facilitado una ‘lista de imputados’ en las elecciones del 22 de mayo, aunque luego su Gobierno se haya visto libre de ellos (excepto de él mismo, claro). No ha hecho declaración alguna a los medios de comunicación, de los que ha pasado olímpicamente. Ni un ‘lo siento’, ni un asomo de autocrítica. Son los viejos modos de hacer política. Sospecho que Camps tendrá mucho sobre lo que reflexionar, si no lo ha hecho ya, acerca de cómo gobernar a los valencianos. Menos mal que, al menos, ha nombrado, ya lo hemos dicho aquí, a un grupo de colaboradores competentes para gobernar con él, comenzando, desde luego, por la vicepresidenta.